Variabilidad de la Frecuencia Cardíaca en baloncesto (HRV)

¡Hola, PF de baloncesto!

Hoy vamos a sumergirnos en un tema candente, que cada vez está más de moda. Y no nos sorprende, ya que puede ayudarnos a aumentar el rendimiento de nuestros jugadores: la Variabilidad de la Frecuencia Cardíaca, o HRV (Heart Rate Variability).

Primero, aclaremos qué es exactamente la HRV: son los intervalos de tiempo entre latidos sucesivos. Es importante dejar claro que la HRV no es simplemente la frecuencia cardíaca (el número de latidos en un periodo de tiempo determinado), sino el tiempo que transcurre entre dos latidos consecutivos.

Es comprensible que algunos penséis… » puff ¿Otro factor a controlar? ¿Realmente es necesario?» Pero antes de tomar una decisión, déjame explicarte por qué la HRV es una herramienta muy a tener en cuenta:

  1. Evaluación de Adaptaciones al Entrenamiento: La HRV permite evaluar cómo se están adaptando los jugadores al entrenamiento. Esta información es fundamental para ajustar las cargas de entrenamiento de manera óptima.

2. Monitorización de la Recuperación: La HRV es un indicador del estado de recuperación del jugador. Un bajo nivel de HRV puede indicar fatiga o sobreentrenamiento, lo que sugiere la necesidad de ajustar la carga o proporcionar más tiempo de recuperación.

3. Control de la Carga de Forma Individualizada: La HRV permite personalizar la carga de entrenamiento para cada jugador según su capacidad de recuperación y adaptación

Entonces, ¿cómo puede la HRV proporcionar toda esta información? En realidad, la HRV es un reflejo del Sistema Nervioso Autónomo (SNA), que se divide en dos ramas principales: el SNA simpático y el SNA parasimpático. El primero está asociado con las respuestas de «lucha o huida», mientras que el segundo está relacionado con el descanso y la recuperación.

Una HRV alta sugiere una predominancia del SNA parasimpático, lo que indica un estado de relajación y recuperación. Por otro lado, una HRV baja puede ser indicativa de una predominancia del SNA simpático, lo que sugiere estrés o fatiga.

Ahora, ¿cómo podemos medir la HRV? Hay varias opciones, aquí te dejamos las principales:

  • Electrocardiograma
  • Relojes inteligentes
  • pulsómetro de banda
  • pulsómetros de dedo
  • cámara del móvil

Además, existen multitud de softwares y apps que facilitan la medición, análisis e interpretación de los datos.

Es esencial establecer un protocolo de medición consistente para obtener resultados precisos. Por ejemplo, el protocolo recomendado por Marc Olmos, que explica de forma detallada en el Curso sobre Variabilidad de la Frecuencia Cardíaca en Baloncesto, incluye mediciones de 1 minuto en diferentes posturas (de pie, sentado o tumbado) para mantener las condiciones de medición estables.

Existen diferentes protocolos que Marc explica de forma detallada, pero lo más importante es saber que el Sistema Nervioso es muy sensible a los cambios de temperatura, ruidos, posición corporal, etc. Por lo que siempre debemos ser consistentes en la forma de evaluarlo.

Entonces, ¿cómo pueden los entrenadores aplicar esta información en la práctica? La HRV proporciona una herramienta muy valiosa para individualizar y personalizar la carga de entrenamiento. Los cambios agudos en la HRV pueden requerir ajustes diarios en la carga, mientras que los cambios crónicos pueden indicar tendencias en la condición física general del jugador.

Sin embargo, es importante recordar que la HRV debe ser utilizada como un indicador complementario y no como el único factor para tomar decisiones. Por ejemplo, la HRV puede recuperarse rápidamente después de un período de descanso, incluso si el cuerpo aún está experimentando daño muscular.

En resumen, la HRV es una herramienta interesante para optimizar el rendimiento de los jugadores de baloncesto al proporcionar información útil sobre su adaptación al entrenamiento y su estado de recuperación.

¡Integrar la monitorización de la HRV en su enfoque de entrenamiento puede marcar la diferencia en el éxito de tu equipo!

Sigue entrenando con pasión (y precisión 🙂 )

Álvaro de Pedro.

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