La comunicación como herramienta clave en el día a día del preparador físico.

Introducción

La preparación física en el baloncesto es esencial para que el equipo tenga éxito. La relación entre el entrenador y el preparador físico es crucial para establecer las bases de una temporada exitosa. Aquí exploraremos los aspectos clave de esta colaboración.

También analizamos cómo el preparador físico debe ser un gestor de emociones. Trabajamos con personas, los jugadores no son robots, y sus pensamientos, creencias, prejuicios… afectan a nuestro trabajo. Exploraremos las diferentes estrategias para ser más efectivos en nuestra comunicación.

1. Construyendo una Relación de Confianza

La confianza mutua entre el entrenador y el preparador físico es fundamental para alcanzar objetivos comunes. El entrenador tiene que percibir que el preparador físico tiene como único objetivo el éxito del equipo. Es decir, que el equipo gane el mayor número de partidos posible. Y además, percibir que tiene el mismo nivel de compromiso y de «presión», que tiene el entrenador. Por otra parte, el entrenador siempre va a tener un grado de compromiso máximo. Ya que cualquier resultado que no sea la victoria le debilitará, y siempre será el primer miembro del staff cesado.

Ambos deben esforzarse por entender las perspectivas del otro y trabajar juntos para garantizar la seguridad de los jugadores. Es decir, el entrenador debe entender que aunque ganar es lo más importante, será muy difícil conseguirlo sin jugadores. Y por lo tanto, escuchar al preparador físico y sus consejos, finalmente redundará en beneficio del equipo, y por ende, del propio entrenador.

2. Elementos Clave para una Relación Exitosa

  • La comunicación efectiva: poder decirse las cosas con confianza, sin tener miedo de ofender a la otra persona. Pero a la vez, con educación y respeto.
  • Compromiso con el programa: el equipo está por encima de todo y de todos, mientras cada miembro del staff y de los jugadores tenga esto claro, se avanzará en la consecución de objetivos.
  • Conocimiento profesional: No importa lo respetuoso o amable que seas, si el entrenador no puede «fiarse de tu criterio». Es decir, si no tienes los conocimientos o experiencia suficiente, siempre vas a estar en una posición complicada.
  • La integridad: Tener unos estándares éticos y profesionales muy altos. Ser muy autoexigente a nivel profesional.
  • Si se respetan todos estos puntos, no solamente el rendimiento del equipo se verá potenciado, sino también la salud de los jugadores, ya que se minimizarán las lesiones «evitables».

3. Importancia de la Comunicación Efectiva

La comunicación excepcional es esencial tanto para el preparador físico como para el entrenador.

Se debe de encontrar una manera fácil y práctica de comunicarse. Que resulte muy sencilla e intuitiva, pero que a la vez sea eficaz. En muchas ocasiones hemos visto cómo se crean documentos compartidos en diferentes softwares, pero luego raramente son revisados. En esta línea, es importante no intentar reinventar el fuego. Elige aquello que a ti y a tu entrenador os sirva. Y cuanto más sencillo, mejor. Desde mi punto de vista, una combinación de whatsapp, llamadas telefónicas y reuniones presenciales, es lo más útil.

4. Colaboración Continua

Las conversaciones entre el entrenador y el preparador físico no deben limitarse a las lesiones de los jugadores, sino que también deben incluir discusiones sobre seguridad, expectativas de práctica y juego, ubicación del preparador físico y métodos de entrenamiento.

Ambos deben esforzarse por comunicarse regularmente y mantener altas expectativas respecto a la comunicación. No hay una sola forma de hacer llevar este objetivo a cabo. Habrá entrenadores que quieran planificar todo con el preparador físico, y otros que preferirán hacer la mayor parte de forma autónoma. Y no hay ninguna forma que sea mejor que otra, de por sí. Pero lo que es imprescindible es que el preparador físico ayude al entrenador a que tome las mejores decisiones, en lo respectivo al área física, de desarrollo condicional del equipo, y de seguridad desde el punto de vista del riesgo lesional.

5. El preparador físico como líder dentro del equipo

Desde nuestro punto de vista, el entrenador no es el único líder dentro del equipo. Es el principal, por supuesto, pero también tenemos otras figuras de liderazgo:

  • El capitán del equipo. Es la prolongación del entrenador en el vestuario, y el portavoz del equipo, tanto en la pista, como hacia el entrenador.
  • El jugador veterano. A veces coincide con el capitán, pero no siempre. Su experiencia le otorga una voz de autoridad en el vestuario.
  • El mejor jugador. El jugador que marca diferencias, siempre tendrá más poder que el que juega 2´. Dependiendo de su compromiso con el equipo, su implicación, comportamiento… el equipo estará más lejos o más cerca de conseguir sus objetivos.
  • El preparador físico. Somos los líderes dentro del área física. Tanto en activaciones, sesiones de fuerza, sesiones individuales… ahí nosotros somos «el entrenador jefe», y debemos de comunicarnos como tal. Es decir, no somos amigos de los jugadores, no somos uno más. Somos el responsable de que cada una de esas sesiones tenga éxito, y eso tiene una responsabilidad.

6. Mensajes para llevar a casa

Hasta ahora hemos hablado de cosas muy generales, muy abstractas y poco prácticas. Lo hemos hecho así, porque consideramos que es importante contextualizar las herramientas y estrategias que vamos a dar a continuación. Pero lo importante no es teorizar por qué algo es importante, o explicar la teoría detrás de por qué debería hacerse de tal forma. Sino explicar cómo debería hacerse, con detalles y ejemplos prácticos, y eso es lo que vamos a hacer 🙂

Aquí te dejamos las estrategias más importantes que puedes implementar desde mañana mismo, para ser un preparador/a físico más persuasivo, que desempeñe mejor su trabajo, y que tenga más influencia sobre el entrenador y los jugadores. Y por extensión, sobre el equipo.

Antes de comenzar la pretemporada (periodo off season):

  • Escribir o llamar a todos los jugadores, y presentarte. De forma profesional, seria, transmitiendo profesionalidad y rigor. Una forma interesante es mandar un mensaje de whatsapp con un tono serio y profesional (como si fuese un email), y enlazar un link para acceder a un cuestionario que deban rellenar (lesiones previas, tipo de entrenamiento que ha hecho en verano…).
  • Comenzar a enviar sesiones a los jugadores en verano, para que vean que te preocupas por su salud y su rendimiento. Si ya están entrenando con otro PF, preocuparte por el proceso, preguntar, escribir, etc.
  • Preparar la primera impresión que el entrenador tendrá sobre ti: Busca realizar la reunión en un sitio tranquilo, ten información sobre el equipo preparada y organizada. Piensa qué tipo de preguntas puede realizar, y cómo responderás a ellas, etc.
  • Reunirte con el entrenador con los deberes hechos. No vayas a una reunión a ver qué pasa, acude a la reunión con: 1- Tu planificación diseñada. 2- Los puntos clave de la pretemporada (no más de 4-5 puntos, tipo: no crear picos de carga, no hacer oposición los primeros 3 días…). 3- Explicar tu propuesta de control de la carga y de comunicación entrenador – preparador físico. 4- Hacer un resumen de cómo están los jugadores y cómo estás intentando que lleguen de la mejor forma posible a la pretemporada.

Durante la pretemporada:

  • Realiza una evaluación individualizada de cada jugador. Esto te permitirá aumentar la confianza que cada jugador tiene en ti y en tu trabajo. Van a comenzar a verte como un profesional competente y actualizado. Y sobre todo, que se preocupa por su rendimiento y salud, y no solamente por el rendimiento del equipo.
  • Tras esa evaluación, elabora un informe para cada jugador, con sus puntos fuertes y débiles, y estrategias prácticas que vais a seguir para mejorar. Envía ese informe al entrenador. Esto hará que el jugador dispare su confianza en ti, y lo mismo ocurrirá con el entrenador.
  • Da tu máximo cada día. Esto valdría para siempre, para toda la temporada, todo el año. Pero hay una frase que es muy cierta, que dice: «no hay una segunda oportunidad para una primera buena impresión» (Oscar Wilde), y es totalmente cierto. Durante los primeros contactos con una persona, aunque intentemos evitarlo, vamos a prejuzgar. Es decir, estamos constantemente buscando detalles y características que nos ayuden a formarnos una imagen de esa persona, lo más rápido posible, y con el menor esfuerzo posible. Por eso, durante la pretemporada es más importante que nunca que te categoricen como una persona: trabajadora, seria, profesional.
  • En la línea con el punto anterior, debes evitar pasarte de bromista y de cercano en la pretemporada. Aunque no sea nada malo intentar que haya buen ambiente. Si te categorizan como una persona bromista, poco seria… luego será difícil cambiar esa percepción, y va a ser difícil que te respeten, cuando lleguen momentos complicados.

Durante la pretemporada:

  • Durante el año, básicamente debes intentar seguir al pie del cañón todos los días. Las temporadas son muy largas, y hay momentos de pereza, menor motivación, semanas duras… Nuestra recomendación es que tengas protocolos y rutinas de trabajo claras, y que no las cambies en función de los resultados, tus sentimientos, etc. Por ejemplo, si siempre tenéis reunión a las 9:00 y antes preparas un informe para los entrenadores. Pues sigue haciéndolo, independientemente de los resultados, las ganas que tengas, etc. Esto es una carrera de fondo, y la consistencia te pone por delante de los demás y te hará llegar muy lejos 🙂

Conclusión

Tener éxito como preparador físico de baloncesto va mucho más allá de saber sobre fuerza o biomecánica. Si eres un preparador físico de baloncesto con muchos conocimientos teóricos, pero un liderazgo pobre. Si no eres capaz de transmitir cuando le hablas al grupo, o directamente los jugadores no te respetan. Vas a tener los días contados en el baloncesto profesional, si es que llegas.

La buena noticia es que todo esto se puede trabajar y mejorar. Nadie nace aprendido, y aunque obviamente hay personas con más facilidad que otras, como en todo. Todos podemos mejorar, semana tras semana.

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